Cómo pensar como un ladrón
Por Adam Decker, mercadotecnia –
El viejo dicho “se necesita un ladrón para capturar a un ladrón” podría necesitar ser aplicado por los propietarios de negocios.
La Asociación de Examinadores de Fraudes Certificados reportó en 2014 que una organización típica pierde anualmente el 5% de sus ingresos debido al fraude si carece de los controles internos apropiados. Estos activos robados raras veces son recuperados y su diseminación a lo largo de los estados financieros podría oscurecer el verdadero tamaño de las pérdidas.
Mire a su negocio y pregúntese “¿cómo y dónde podría yo robar sin mucho riesgo?” Pensar como un ladrón podría ayudarle a ver sus debilidades y a establecer prácticas para proteger su negocio y elevar la conciencia del fraude.
Para ayudarle a ver dónde usted es vulnerable, le convendría consultar el denominado “triángulo del fraude”, el cual comprende tres factores que podrían facultar a alguien para cometer fraude o malversación en su empresa.
Lado uno — oportunidad
La oportunidad es el primer lado de ese triángulo y podría ser difícil de identificar. Entre los factores que brindan oportunidades están la falta de políticas y procedimientos escritos, la mala definición o poca claridad en la separación de deberes, la falta de vacaciones obligatorias y la revisión infrecuente de los estados financieros o de las actividades de las cuentas de la empresa.
Otro factor que podría abrir la puerta al fraude es la agitación dentro de la empresa. Las situaciones de crisis, el rápido cambio de empleados y los lapsos organizacionales subsiguientes podrían abrir la puerta a proveedores o empleados ficticios, reportes de horas u hojas de gastos inflados e inventarios faltantes.
Lado dos — motivación
El segundo lado del triángulo es la motivación. No son sólo aquellas personas con problemas financieros quienes podrían robarle a la empresa. Los que tienen adicciones, ya sea al alcohol, las drogas o los juegos de azar, así como personas involucradas en dificultades maritales también son más propensos a considerar el fraude. La cuidadosa evaluación de solicitantes y la realización de exámenes de antecedentes y crédito son de gran importancia.
Lado tres — racionalización
El lado tres del triángulo es la racionalización, o la justificación del derecho a robar. Aunque éste existe principalmente en la mente del ladrón, también involucra las percepciones de los empleados en cuanto a la compañía. Si un empleado siente que le están pagando menos de lo que vale, si se siente poco apreciado o explotado, o si cree que el propietario del negocio está obteniendo ganancias exorbitantes sin compartir hacia abajo, el fraude puede justificarse con mayor facilidad. En este contexto las relaciones entre la gerencia y los empleados son de importancia superior.
Existen algunas señales que deberían poner en alerta a los propietarios de negocios en cuanto a posibles actividades fraudulentas. Documentos alterados o fotocopiados, cheques escritos a efectivo, diferencias no explicadas en los registros de inventario y cuentas bancarias no reconciliadas prontamente son indicadores de posibles problemas. También esté alerta en cuanto a empleados que podrían parecer estar viviendo con más de lo que ganan o que se han hecho demasiado amigos de los proveedores.
El fraude es insidioso y es más fácil evitarlo que eliminarlo. Así que compruebe sus defensas, organice sus controles internos, permanezca alerta y contrate a un profesional para que le haga un estudio de disuasión de fraude si es necesario. Su rentabilidad se lo agradecerá.
Otra defensa nueva se está levantando en la forma de EyeDetect™, una nueva tecnología para detectar el engaño. Brinda a las empresas los medios para detectar a quienes están involucrados en conductas fraudulentas mediante el análisis computarizado del movimiento de los ojos. Esta tecnología tiene el potencial para eliminar una gran cantidad de conductas fraudulentas que existen en la actualidad.