El saqueo de tumbas moderno
Los defraudadores se hacen cada vez más astutos; ni los muertos les pueden escapar.
De Bobby Alger, Marketing —
A principios de febrero, la Policía Nacional de España informó que destapó 55 casos de fraude relacionados con el cobro de pensiones de personas fallecidas. El monto total defraudado es más de 6,3 millones de euros. Aunque estafas así ya son familiares para las autoridades, estos nuevos casos han presentado mañas únicas e inventivas por parte de los criminales.
En un caso, una mujer recurrió a una actriz para que se hiciera pasar por su madre, quien había fallecido cuatro años antes. La mujer quería conseguir acceso a la cuenta bancaria donde se ingresaba la pensión de su madre. Según El País, después de que la actriz fasificase la firma de la madre, la hija se benefició de más de 200 disposiciones en efectivo. Por consiguiente, tras los años del fraude, la mujer defraudó por más de 74.000 euros del Estado de Seguridad Social.
Pero esto no se limita solo a la gente desesperada, sino hubo un caso de un empleado bancario que “se aprovechó de su puesto para realizar hasta 62 reintegros de la cuenta de una mujer fallecida.” El empleado fingía atender a mujeres de avanzada edad y pidió que sus compañeros le entregasen dinero de la cuenta falsa, los compañeros creyendo que la mujer era el titular de la cuenta.
¿Cómo podemos protegernos nosotros y los activos públicos del fraude?
Los documentos y las identidades pueden falsificarse, pero una nueva tecnología de Converus que se llama IdentityDetect puede ayudar a detectar documentos e identidades fraudulentas. La tecnología combina métodos científicos con la más moderna tecnología para verificar que los sujetos tengan la verdad por delante.
Además, los empleados—tal como el bancario—les roban a sus empresas a un ritmo alarmante, a veces hasta el 20% o más de los gastos comerciales. Otra tecnología, también de Converus, que se llama EyeDetect® puede utilizarse para evaluar empleados—o solicitantes a empleo—para determinar si estos son honestos.
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Foto Por / Simon Godfrey
