“¿Jura solemnemente decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad?”
Por Trevor Taylor, mercadotecnia —
En un juicio criminal realizado el 2 de febrero de 1935, Leonarde Keeler, profesor de la Universidad Northwestern, no estaba convencido de que el juramento que usaban las cortes para juramentar a los testigos fuese suficiente para obtener la verdad durante los juicios. De hecho, su convicción era tan débil que pasó la próxima década desarrollando una herramienta que pudiera identificar si alguien, de hecho, estaba diciendo la verdad — el polígrafo. Con un dispositivo que parecía pertenecer más a la clínica de un médico que a la sala de un juzgado, Keeler persuadió exitosamente al jurado de que los acusados estaban mintiendo.
Esta fue la primera vez en la historia del sistema jurídico estadounidense en que se usó una máquina para detectar el engaño durante un juicio. Esta misma máquina (con mejoras menores) sería usada a lo largo de varias décadas subsiguientes.
Si usted visita la sala de un juzgado hoy día, no verá por ninguna parte los conocidos brazaletes y tiras pectorales para medir la presión arterial. Esto se debe a que los exámenes poligráficos han sido prohibidos en la mayoría de tribunales de Estados Unidos desde un caso ocurrido en 1998, fecha en que se dictaminó que “el jurado es el detector de mentiras”.
Un artículo reciente publicado en Bloomberg explica que los detectores de mentiras han sido tema de gran debate y han sido sumamente criticados a lo largo del último siglo. Pero, ¿por qué? De acuerdo con el artículo, en las manos de un examinador habilidoso un examen poligráfico puede ayudar a determinar si alguien está diciendo la verdad.
Ahí radica el problema — ¿Qué es un “examinador habilidoso”? ¿Cómo se investiga la corrupción con un dispositivo que depende de seres humanos que son esencialmente subjetivos y corruptibles por naturaleza?
Es principalmente por esta crítica que los exámenes poligráficos han sido ampliamente criticados desde su comienzo. A pesar de estas críticas, el polígrafo sigue con vida y continúa ayudando a los empleadores a investigar solicitantes de empleo y empleados en todo el mundo.
Al pasar del tiempo, investigadores han inventado numerosas alternativas al polígrafo. La más prominente de dichas alternativas son los P300 (un examen electroencefalográfico) y las imágenes de resonancia magnética (IRM). Sin embargo, estas novedosas técnicas también presentan sus propios problemas. En primer lugar, tienden a ser menos portátiles y más costosas que el examen poligráfico tradicional. No existen muchas empresas que dispongan de una máquina de IRM de $1,5 millones de dólares para hacer evaluaciones de empleados. Además, los procedimientos P300 e IRM tienden a ser mucho más intrusivos. Para tomar un examen P300, al examinado se le tienen que poner más de 100 electrodos en el cráneo. Con ellos en la cabeza, el examinado se ve como salido de una película de extraterrestres.
¿Llegaremos algún día a una solución razonable a los problemas asociados con el polígrafo?
Una nueva empresa con sede en Salt Lake City, Utah piensa que podría tener la mejor alternativa en el mundo de la detección del engaño. Converus (que significa “con verdad”) ha desarrollado un producto llamado EyeDetect®. Usa una cámara de alta precisión para detectar movimientos discretos de los ojos.
La premisa de la tecnología EyeDetect es que el cuerpo humano no dice mentiras en forma natural. Cuando una persona suprime la verdad a sabiendas, la conducta engañosa se ve en los patrones de movimientos de los ojos y cambios en la córnea. Estos cambios, cuando son monitorizados por un complejo software de computadoras, pueden usarse para detectar conductas engañosas con una asombrosa precisión de 85%, sin depender de ningún “experto” para descifrar los resultados del examen.
Además, el examen normalmente toma unos 30 minutos, a diferencia de las horas que requiere un examen con polígrafo. La computarización del “examinador” en el proceso de detección de mentiras elimina exitosamente los elementos de corruptibilidad asociados con el polígrafo.
Aunque aún hay mucho trabajo por hacer, Converus ya comenzó a usar su producto en varias compañías para ayudar a los empleadores a hacer investigaciones de antecedentes de solicitantes de empleo y evaluaciones de empleados en todo el mundo. Pronto podría llegar el día en que los contratantes y funcionarios gubernamentales finalmente podrán hacer a un lado, de una vez por todas, los brazaletes de presión arterial.