La corrupción en oficiales del estado incrementa el gasto en ciertos sectores
Por Russ Warner, VP de Mercadotecnia y Operaciones —
Si hay dinero involucrado, la corrupción podría estar cerca. Tanto en asuntos privados como públicos, los individuos a veces se aprovechan de su poder y posición para crear situaciones más rentables. Los tratos comerciales con soborno, extorsión y negocios en negro se han vuelto cada vez más comunes a medida que los individuos se vuelven más diestros en el arte del engaño y más difíciles de aprehender y castigar.
Los gastos estatales son un área que nos concierne a todos. Todo ciudadano de Estados Unidos está obligado por ley a pagar impuestos a los gobiernos federal y estatal. Lamentablemente, no siempre podemos confiar en que nuestros oficiales estatales utilizarán los ingresos tributarios de modo tal que nos beneficien más a nosotros que a ellos. Hay corrupción considerable en las erogaciones estatales de los oficiales públicos, lo cual nos afecta negativamente como ciudadanos comunes.
Un nuevo estudio sugiere que existe una correlación entre la corrupción y el gasto excesivo en ciertos sectores.
Sectores sociales sin atención
Un asunto prominente en la corrupción del gasto estatal queda en evidencia por las áreas a las que se adjudica el dinero. Por ejemplo, rubros como la educación pública, el cuidado de la salud y los hospitales quedan sin financiamiento, pues el dinero se canaliza al aumento de salarios y sueldos, protección policial, capital, autopistas, construcción y préstamos (Liu y Mikesell 2014).
Aunque estos renglones presupuestarios parecerían ayudar al público, en realidad satisfacen principalmente las necesidades y deseos de quienes ostentan cargos públicos. Los gastos educativos tienen menores posibilidades de reportar beneficios financieros a los oficiales públicos. De igual manera, salud y hospitales son sectores que ayudan a la gente–no a los líderes–y por lo tanto los oficiales gubernamentales corruptos buscan otras maneras de usar los fondos de los contribuyentes.
Gastos corruptos
La construcción es una de las industrias más corruptas del gasto público (Liu and Mikesell 2014). Con procedimientos complicados, monopolios comerciales y regulación gubernamental, es una industria donde es fácil sobornar a los oficiales públicos.
El hecho de que la corrupción es tan prevalente a lo largo de tantos estados es un indicador del gasto excesivo. Además, un mayor gasto en autopistas es común en estados con altos niveles de corrupción (Liu and Mikesell 2014).
De acuerdo con el mismo estudio, la protección policial y las instalaciones correccionales tienen mayor demanda también en estos estados. Es fácil entender la manera en que la corrupción aumenta en asuntos relacionados con los sueldos y salarios, y con los préstamos para oficiales públicos. Aún para el ciudadano promedio, cuando se trata de dinero, la toma de decisiones se vuelve un campo gris y borroso.
Obviamente, cuando la corrupción es un problema considerable a nivel estatal, el gasto es mucho mayor de lo que necesita ser. Los oficiales públicos que se han corrompido se vuelven cada vez más fraudulentos, haciendo más ardua la tarea de identificarlos directamente.
Por esta razón, las instituciones estatales y federales deberían administrar exámenes continuos a sus empleados a fin de detectar el soborno, la corrupción y el fraude. De hecho, examinar previamente a los políticos ahorraría mucho tiempo y esfuerzo.
EyeDetect™ es una nueva solución que puede usarse como herramienta de bajo costo contra el aumento del gasto debido a la corrupción. EyeDetect es una manera no invasiva y sumamente precisa de detectar la corrupción. En combinación con la tecnología de polígrafo, o en lugar de ella, EyeDetect puede detectar el engaño, lo cual puede ayudar a exponer a oficiales públicos estatales corruptos y reducir los gastos estatales fraudulentos.
La evaluación de empleo es una herramienta que protege a los gobiernos. Al implementar la política de hacer evaluaciones periódicas o rutinarias, se puede reducir la corrupción y fortalecer el gobierno.
Nota: Russ Warner se declara propietario y responsable de las opiniones por él expresadas.