Mujeres empresarias: liderando con integridad
De Ashley Mazerolle, Marketing –
En primer lugar, esta publicación de blog no trata sobre feminismo. Sin embargo, es innegable que la evolución del papel de la mujer en la sociedad ha tenido un impacto significativo en la forma en que el mundo hace negocios. Hoy en día, las mujeres constituyen al menos el 50 por ciento de la fuerza laboral estadounidense.
Promover los derechos de las mujeres y la igualdad de género es una noble prioridad para muchos gobiernos y empresas. Este esfuerzo a menudo viene acompañado de la idea de que las mujeres lleguen a estar a la par de los hombres. Sin embargo, cuando se trata de participación en delitos corporativos, es evidente que los hombres deben alcanzar los estándares morales que a menudo exhiben las mujeres.
Integridad: un desglose por género
Jennifer Schwartz, Ph.D., profesora asociada de sociología en la Universidad Estatal de Washington, y sus colegas han estado estudiando los delitos corporativos para comparar la participación de hombres y mujeres. Según Schwartz, el Grupo de Trabajo contra el Fraude Corporativo encontró a 436 trabajadores culpables de ejecutar 83 esquemas separados entre 2002 y 2009. Curiosamente, sólo 37 de los culpables eran mujeres: ¡menos del 10 por ciento!
Estudios posteriores revelaron que las mujeres casi siempre eran minoría, a menudo estaban solas y normalmente desempeñaban papeles menores en estos delitos. Schwartz explicó que esto se debe en parte a que las descripciones de trabajo de las mujeres generalmente no las ubican en posiciones para liderar tales planes.
Fraude para obtener ganancias
Incluso en los esquemas de dinero ilícito, existe una brecha salarial notable entre los sexos. Las mujeres involucradas en fraude ganaron significativamente menos que sus homólogos masculinos. Más de la mitad de las mujeres recibieron poca o ninguna compensación por su participación, mientras que a los hombres les fue mucho mejor: más de la mitad ganaron entre 500.000 y 1 millón de dólares o más.
«Las mujeres ejecutivas tienden a tomar decisiones más éticas, evitar la toma excesiva de riesgos y crear culturas corporativas que no apoyan las prácticas comerciales ilegales», explica Schwartz. Sugiere que tener más mujeres líderes podría reducir la delincuencia corporativa.
Ya sea que creamos que hombres y mujeres deberían tener roles iguales en el lugar de trabajo o no, una cosa queda clara: debemos actuar para reducir el fraude corporativo. Cómo lo haces depende de ti.
Foto: Tim Mossholder