Pesar y remordimiento: Una lección de ética
Por Stephen Shepherd, Mercadotecnia –
Cuando alguien se ve descubierto haciendo algo incorrecto siente una intensa combinación de emociones. La mayoría de nosotros experimenta pesar o remordimiento por haber hecho algo malo. Algunas personas, sin embargo, no se sienten remordimiento; sólo se sienten frustradas porque fueron descubiertas.
Ejemplos de la vida real
Un reciente artículo publicado por Reuter bosqueja los crímenes de por lo menos cinco alcaldes en Florida, todos recientemente acusados o hallados culpables de corrupción. Sus crímenes incluyen el uso de sus puestos para cabildear ilícitamente, recibir remuneración ilícita, aceptar sobornos, evadir impuestos, mentir a las autoridades y participar en conspiraciones de fraude. Algunos se declararon culpables y otros sostuvieron su inocencia. No hay manera de saber si las partes culpables sienten verdadero pesar o si simplemente se sienten mal por haber sido descubiertos.
¿Abusaría de su poder algún líder político electo si supiera que iba a ser examinado en busca de actividades corruptas? Yo opino que su conducta se modificaría. Si entendemos las consecuencias reales de nuestra conducta y si esas consecuencias se aplican regularmente esto tiene el efecto de transformarnos y ayudarnos a evitar decisiones miopes.
Establecer un fundamento de ética
Las herramientas para detectar mentiras ahora son más confiables que nunca. Pero aún con esta tecnología, persiste la necesidad de definir qué es conducta ética.
Por ejemplo, ¿cuándo es aceptable mentir? ¿En qué momento se vuelve deshonesto el uso de tecnicismos para evadir impuestos?
En el artículo aquí mencionado, leímos en cuanto a un alcalde que tenía un segundo trabajo como asesor de una empresa de servicios de salud mientras desempeñaba su puesto público. Se le acusó de felonías por remuneración ilícita, pero su argumento fue que él era capaz de separar sus deberes públicos y privados.
¿Cómo podemos definir y cuantificar la ética subyacente a sus motivos y decisiones?
Responsabilidad
Creo que nuestra participación en conductas antiéticas o deshonestas en el sitio de trabajo y en nuestras relaciones se reduciría considerablemente si creyéramos que los demás nos harían públicamente responsables de todas nuestras acciones. De este modo, evitaríamos muchas malas acciones y decisiones; nunca ocurrirían si tuviéramos a nuestra disposición tecnología precisa para detectar mentiras y si la gente entendiera que se le sometería a exámenes bajo circunstancias apropiadas.
Al entender que se les haría responsables de sus acciones las personas se verían motivadas a tomar mejores decisiones. Cuando sabemos esto, evitamos situaciones peligrosas; ésas que una vez involucrados en ellas nos hacen desear habernos alejado desde el primer momento.