Colombia fija la norma de reducción del índice de asesinatos
Por Andrew Potts, Marketing –
E.F. Schumacher una vez dijo, «cualquier tonto inteligente puede hacer cosas más grandes, más complejas y más violentas. Se necesita un poco de genio, y mucho valor, para moverse en la dirección opuesta».
Latinoamérica tiene una rica herencia y cultura, pero en la actualidad se la conoce mejor por su alta cuenta de cadáveres. La violencia urbana atormenta a la región, demorando y aun impidiendo el crecimiento económico. Robert Muggah, director de investigaciones del Instituto Igarape de Brasil, afirma que las cosas van a empeorar.
Muggah arguye que las ciudades del mundo, no sus estados-naciones, definirán el futuro de la agitación. Entre más frágil es una ciudad, mayores son sus posibilidades de verse aquejada por la violencia, el asesinato y el desorden. Y entre más rápido se expande una ciudad, mayor es su fragilidad. Esto no augura buenas cosas para Latinoamérica, pues ya tiene la más alta concentración de moradores urbanos del mundo, y las ciudades siguen expandiéndose. Para poner esto en contexto, la ciudad de Nueva York necesitó 150 años para llegar a los 8 millones de personas, pero Sao Paulo y Ciudad de México necesitaron sólo 15 años. UN-Habitat calcula que para 2050 el 87% de todos los latinoamericanos vivirán en ciudades. A menos que se tomen medidas preventivas, el nivel de violencia en estas ciudades continuará aumentando. Por fortuna, hay un país que ha sido líder en la lucha latinoamericana por reducir el crimen.
Líder del ataque contra el asesinato
En 1991, la ciudad de Medellín, Colombia, era la capital mundial del asesinato, con una tasa de asesinatos de 381 por cada 100.000 habitantes. Como país, Colombia tenía una tasa de asesinatos de 78 por cada 100.000 personas. Sin embargo, en 2014, la tasa de asesinatos de Medellín se había reducido a 26,7 por cada 100,000 habitantes, mientras que la tasa de asesinatos de Colombia se había reducido a 26,8 por cada 100,000 habitantes. ¿Qué factores contribuyeron a esta gran reducción en la violencia?
Muggah afirma que los alcaldes de las tres ciudades más grandes de Colombia fueron factores claves. Cada uno de ellos utilizó ideas y prácticas de todo el mundo y diseñó estrategias para evitar la violencia. Por ejemplo, el alcalde Guerrero de Cali recopiló datos de dónde y cuándo estaban teniendo lugar los homicidios, y descubrió que gran parte de ellos ocurría temprano los domingos por la mañana y con frecuencia estaban relacionados con alcohol y riñas. Implementó un toque de queda y ajustó restricciones y políticas, y poco después se redujeron los homicidios en su ciudad. Aunque esta misma política no daría los mismos resultados en todas las áreas, los conceptos ciertamente pueden aplicarse. El solo hecho de que los respectivos gobiernos piensen en reducir el crimen ya amerita el tiempo y el esfuerzo.
Armas para la lucha
Si Latinoamérica desea que se la defina por algo diferente de la violencia, cada país individual tendrá que seguir el liderazgo de Colombia y promulgar políticas para reducir la violencia. Una poderosa herramienta que podría ayudar en esta guerra contra la violencia es EyeDetect®, el último avance en software para detectar mentiras. Esta alternativa al polígrafo puede evaluar individuos como solicitantes de trabajo, oficiales de policía y funcionarios públicos para asegurar que obedezcan las leyes y no tengan lazos con organizaciones criminales. (Las empresas sólo pueden usar esta herramienta en países donde no haya leyes vigentes contra el uso del polígrafo.) Aunque ciertamente no es una panacea para todos los problemas de violencia en Latinoamérica, EyeDetect ayudará a la región a avanzar, liberando a la gente para que una vez más pueda ver la vibrante cultura que existe en el área en lugar de estar contando cadáveres.