Nuestra cultura de mentiras
Por Stephen Shepherd, Mercadotecnia —
He estado yendo mucho al gimnasio en estos días, pero tal parece que soy el único que ha notado la diferencia hasta ahora. El progreso y el crecimiento ocurren gradualmente. Usted probablemente se dio cuenta de esto si alguna vez comenzó a hacer ejercicio, aprendió a jugar un nuevo deporte o a tocar un instrumento musical, o adquirió una nueva destreza. Hoy leí que nuestros destinos no siempre son formados por crisis o eventos que cambian vidas, sino por nuestras acciones diarias que parecen no tener consecuencias.
Usted lo hace, yo lo hago, todos lo hacemos… ¿verdad?
Ahora, tenga en mente este concepto de las pequeñas decisiones mientras consideramos lo siguiente — la gente miente. De acuerdo con un estudio realizado en la Universidad de Massachusetts, el 60% de los adultos mienten por lo menos una vez cada 10 minutos en una conversación. La investigación calcula que ¡alguien nos dice una mentira entre 10 a 200 veces todos los días! Aunque la mayoría de mentiras no tienen la intención de hacernos daño, con el tiempo podrían aumentar en intensidad y finalmente modificar el destino de nuestras vidas o negocios.
Cómo hacerse mentiroso
El engaño ocurre gradualmente. Un artículo reciente describe seis motivos que empujan a alguien hacía la resbalosa cuesta de la mentira: para proteger al mentiroso del peligro; para proteger a otros del peligro; para adornar una historia; para evitar la vergüenza; para beneficiar a un mentiroso; o para hacer daño a otros. Está claro que no todos estos motivos son inherentemente malos. ¿Hay algún momento en que mentir sería aceptable? Quienes justifican la mentira «tan sólo una vez» se ponen en riesgo de convertirse lenta y gradualmente en mentirosos habituales o compulsivos.
Pamela Kulbarsh, una enfermera psiquiátrica, sugiere que nos hagamos las siguientes preguntas antes de mentir:
1) ¿Perjudicaré a alguien si no soy totalmente veraz?
2) ¿Cómo me sentiría si alguien no me dijera toda la verdad bajo las mismas circunstancias?
3) ¿Evitar la verdad en esta situación es un acto de cobardía o compasión?
Nuestra decisión final en respuesta a estas preguntas entonces fijará un precedente para situaciones futuras.
Detectores de mentiras humanos — ¿Realidad o ficción?
Aunque controlamos personalmente nuestro propio nivel de integridad, seguimos siendo influenciados y rodeados por otros que nos mienten. En la mayoría de los casos, no nos damos cuenta cuando una persona está mintiendo en nuestra propia cara. Estudios indican que la detección de mentiras por humanos sólo logra un 45% al 60% de precisión. ¡Lo mismo daría si usted lanzará al aire una moneda para decidir si alguien está siendo honesto con usted!
Sin protección contra el engaño, los gobiernos, corporaciones y otras organizaciones podrían caer gradualmente en la corrupción. La tecnología para detectar el engaño ha experimentado desarrollos monumentales en años recientes, haciéndola más eficiente y precisa. Invertir en esta tecnología es un paso en la dirección correcta para asegurar la ética en nuestras organizaciones.
Para ayudar con la detección de mentiras, hay un nuevo producto que se llama EyeDetect. Para incrementar la prevención de fraudes y evitar robo, es útil e importante esa tecnología nueva que sirve para apoyar las empresas en hacer evaluaciones de empleado o de contratación con regularidad. Con estas mejores prácticas, se incrementa la confianza corporativa y el control del ambiente.